El asalto del independentismo catalán a la democracia española en 2017 culminó un largo proceso iniciado ya en los primeros años del pujolismo. Aunque el orden constitucional resistió el embate, quedó claro que la premisa que había servido para diseñar el Estado de las Autonomías había saltado por los aires.
La organización territorial del poder consagrada en la Constitución de 1978 no había servido para integrar a los nacionalismos periféricos en el proyecto colectivo. Los acontecimientos posteriores —del proceso penal al indulto— no parecen haber disminuido la vocación rupturista del nacionalismo catalán, pero sobre todo dan fe del impacto de la crisis catalana sobre las instituciones y la cultura política de la democracia española.
Esta charla tratará de arrojar luz sobre el pasado, presente y futuro de este largo proceso.