Los locos futuristas italianos, los cerebrales científicos del arte alemanes de los años treinta, los experimentos de los soviéticos que dieron lugar al cine-ojo, al montaje de atracciones querían liberar a la imagen de la significación, creando artesanalmente formas visuales y haciéndolas sincronizar con la música.
Hans Richter, figura central de este movimiento, aporta al cine abstracto películas como Rhythmus 21 y Rhytmus 23, a la narrativa del cine surreal-dadaísta películas como Vormittagsspuk y Filmstudie, y a la cinematografía activista política, películas como Inflation o Every Day. Mostraremos la apropiación de parte de la historia del cine experimental, los trabajos de Hans Richter y los precedentes e historia del videoclip y de las derivaciones que han llegado a la música popular y la memoria visual y cultural actual.