Esta novela, la última que Fitzgerald publicó en vida, es un reflejo de toda su literatura y de una parte fundamental de la llamada “Era del jazz”. Con una fuerte carga autobiográfica, esta obra supone el reverso de los mundos sombríos y miserables que reflejaron algunos miembros de su generación. Los protagonistas, una pareja norteamericana, viven en medio del esplendor. Viajan a Europa, pasan una larga temporada en la Riviera francesa, son inteligentes, ricos, elegantes, pero hay una fuerte carga autodestructiva que rompe ese mundo idílico. Una corriente subterránea que siempre estuvo presente en la vida y en la obra de Scott Fitzgerald y que en esta novela está retratada de modo brillante.