En los últimos años, las democracias occidentales han conocido la emergencia de una derecha radical que se caracteriza por sus elementos novedosos y que tiene en el Reagrupamiento Nacional liderado por Marine Le Pen su punta de lanza europea. Aunque la salida en escena de Trump ha podido restarle protagonismo en los titulares de prensa, el Brexit se ha consumado y los partidos democristianos sienten la presión ejercida por unas formaciones que amenazan con erosionar su base electoral. Aunque a menudo se los llama fascistas, esta categoría pertenece a otro orden histórico. Se hace por ello necesario comprender racionalmente cuáles son los presupuestos sociológicos y el discurso político de la nueva derecha radical europea: quiénes son, qué defienden, cómo se organizan.
A unos meses de las elecciones presidenciales francesas, esta tarea explicativa se antoja ineludible.