Antes de que Málaga comenzara a respirar por las grandes arterias que representaron La Alameda, la calle Larios y el Parque de Málaga, la ciudad se organizaba alrededor de la plaza de la Constitución, conocida como la plaza de las Cuatro Calles. Este espacio albergó el Ayuntamiento o Casa Consistorial, la cárcel y hasta la plaza de toros, cuyo primer festejo conmemoró la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos. Curiosidades como el origen de la calle Toril, que hoy coincide con el trazado de la calle Larios, los severos castigos que se aplican en la cárcel para regocijo (y ejemplo) del pueblo e incluso figuras como el putero mayor del reino, cuyos burdeles abrazaban la plaza, dan forma a la historia de la plaza mayor de Málaga.
La plaza de la Constitución: el epicentro de la ciudad moderna
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