Hablar de tradiciones en Málaga es hablar de sus cafés. El primer despacho que vio la luz en la capital se llamaba Café de la Marina y abrió sus puertas en el siglo XVIII para inaugurar una época esplendorosa de la que disfrutaron todas las clases sociales. El café de la Loba y la Lobilla, el Zurich, el Suizo, el mítico café de la Castaña, el café de Chinitas o el café Central, que cierra sus puertas recién cumplido el siglo de historia, han construido la memoria colectiva de la ciudad y han sido el escenario de tertulias literarias y culturales, encuentros comerciales y políticos, trifulcas de todo tipo y hasta fuegos artificiales. Desde el local de apuestas que el padre de Anita Delgado escondió en la trastienda del café de La Castaña hasta las juergas flamencas y las sospechas de burdel en el Chinitas, la charla rescata, a fuego lento, esa foto de la Málaga de sus cafés.
Los cafés en Málaga: del café de La Marina al café Central, una tradición a fuego lento
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