Hay espacios urbanos con un sustrato humano especial para el desarrollo de ciertas manifestaciones culturales. Uno de estos microcosmos es la calle los Negros, enclavada en la zona de la Cruz Verde del malagueño barrio de la Victoria. Más que una calle es todo un territorio flamenco. En ese pequeño entorno nació una histórica primera figura del cante como Joaquín Vargas Soto ‘Cojo de Málaga’, maestro de los cantes levantinos; una bailaora de tronío como fue La Paula, dueña de un baile personalísimo; Daniel Santiago, que desgranó su majestuoso baile en su recordada caseta Los Lunares; un poeta bohemio, culto y elegante llamado Miguel Maldonado ‘El Sopa’; otro Miguel, Miguel de los Reyes, un genio de la escena con un pie en la copla y con el otro en el cante y baile flamencos; la cantante y actriz Pepa Flores ‘Marisol’, todo un fenómeno sociológico de la España de los 60 y 70; y una luminaria del flamenco-pop como José Soto Cortés ‘Tijeritas’, perteneciente a la larguísima familia de los ‘Bizcos’ liderados por Antonio ‘el Bizco’, que sigue dando artistas flamencos con un prometedor futuro. En la calle los Negros y sus alrededores vivieron o dejaron huella indeleble a su paso Antonio el de la Calzá, Camarón de la Isla, la Terremoto de Málaga, Gabriel Moreno, El Carrete y otros muchos artistas. Son solo la punta del iceberg de una extensa nómina de flamencos -unos profesionales y otros aficionados-, que Paco Roji da a conocer acudiendo a archivos y a las casas de sus protagonistas para recoger testimonios de primera mano.