De Irán a Túnez, de Argelia a Afganistán y Sudán, el lugar de las mujeres es y ha sido central en las revoluciones, las crisis políticas, las insurrecciones populares, las guerras y los procesos democráticos que sacuden la sociedad. La revolución iraní contra el sah y la llegada al poder del ayatolá Jomeini en 1979, la instauración de un Estado islámico, abrió un nuevo ciclo en la historia de estos países, después de aquel iniciado con la descolonización en la década de 1950. Un ciclo que tiene el islam político como eje central, como instrumento de los poderes autócratas, conservadores y patriarcales, y como moral sexual. Y hoy toca analizar la Revolución tunecina y el Hirak argelino, este movimiento popular de protesta que está en marcha desde 2019, así como el movimiento de insurrección iraní que llamamos, apostando por el futuro, Revolución. Si la instauración de un Estado Islámico en Irán abrió un ciclo, ¿se cerrará mediante la valentía de las mujeres y hombres iraníes que entregan hasta su vida en el empeño? La nueva revolución iraní, a semejanza de la caída del muro de Berlín, ¿provocará un cambio político en la región para beneficiar a las mujeres, la democracia y la paz?
Sin mujeres no hay revolución. El Hirak de Argelia y su fracaso. Con Wassyla Tamzali
/ Pensamiento