Trinidad Grund es una de las grandes mujeres de la historia de Málaga. Por empezar por el final, su entierro fue el más multitudinario y sentido de cuantos recuerdan las crónicas locales, pero hay una razón. Perteneciente al ‘clan de la Alameda’ y con todos los recursos para llevar una vida acomodada y plácida tras su matrimonio con el primogénito de Manuel Agustín Heredia, su vida sin embargo fue un rosario de desgracias que lejos de enterrarla en vida le dieron un impulso a su afán por dejar huella. Tras el suicidio de su marido y la muerte de sus tres hijos, Trinidad se volcó en la beneficencia y dejó un legado esplendoroso en la ciudad, sobre todo en favor de mujeres y niños sin recursos. El asilo de San Manuel (hoy colegio) o la capilla del Hospital Civil son dos de los ejemplos de esa entrega por los más desfavorecidos. Además, Trinidad Grund fue la primera empresaria turística de la historia en poner en marcha el concepto de ‘todo incluido’: lo hizo en Carratraca y Ardales, donde impulsó un concepto revolucionario de estancias en el balneario y visitas a la cueva prehistórica que esconden una historia fascinante.