Mujeres sentadas al piano, mujeres cantando son imágenes de, parafraseando a Carmen Martín Gaite, «usos musicales» del siglo XIX firmemente asentados en el ideario colectivo. Pero ¿qué hay detrás de esas postales muchas veces almibaradas? ¿Quiénes eran esas cantantes y pianistas? ¿Alguien recuerda sus nombres? ¿Qué partituras descansaban en sus atriles? En nuestra Málaga del XIX también vivieron esas mujeres que incluyeron la música en su cotidianeidad. Pero no dejaron huellas en los libros de historia. Hay que desempolvar documentos, periódicos y revistas, cuadros y folletines para encontrar a ese «ramo de flores armoniosas» y con ellas el pálpito de la vida musical de la capital. Una ciudad en la que, como en cualquier otra, la música corre a cargo de hombres y mujeres, aunque a ellas, las hayamos olvidado.