Una persona con presencia está asentada internamente. Su presencia surge de ser y de estar conectado con su verdadera identidad. Vive sin máscaras. Su presencia reconoce y es reconocida. Es transformadora. Se desprende de su ego.
En esta sesión reflexionaremos sobre el poder de nuestra presencia y de nuestro impacto en el mundo. A menudo no nos damos cuenta del daño o del beneficio de nuestra influencia y del mal o del bien que podemos provocar.
En la medida en que seamos más conscientes de nuestro impacto, asumiremos la responsabilidad de transitar por este mundo sembrando armonía, paz y amor.
Cuando vivimos en y desde un espacio interior coherente con nuestros pensamientos y actitudes, ganamos presencia y nos vinculamos a lo transcendente.